El Cañón de Peruaçu, recientemente reconocido como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, representa un hito significativo para la conservación ambiental y el turismo sostenible en Brasil. Desde una perspectiva de contexto internacional, este reconocimiento no solo celebra la belleza natural de la región, sino que también resalta la importancia de la colaboración global en la preservación del patrimonio mundial.
La inclusión del Cañón de Peruaçu en la lista de la UNESCO, anunciada el 13 de julio de 2025, es un testimonio del compromiso de Brasil con la protección de sus recursos naturales. Este reconocimiento atrae la atención internacional y fomenta el turismo responsable, lo que a su vez impulsa el desarrollo económico local. Según datos de la UNESCO, los sitios del Patrimonio Mundial experimentan un aumento promedio del 10-15% en el número de visitantes en los años posteriores a su designación, lo que genera importantes ingresos para las comunidades locales.
El Cañón de Peruaçu, ubicado en el norte de Minas Gerais, abarca 38,003 hectáreas y alberga formaciones geológicas impresionantes, como la Gruta do Janelão y la Perna da Bailarina, la estalactita más grande del mundo. La UNESCO destaca la importancia de preservar estos sitios para las futuras generaciones. Además, la candidatura del Cañón de Peruaçu a la UNESCO se presentó en febrero de 2025, y la evaluación final se llevó a cabo en Sofía, Bulgaria, entre el 6 y el 16 de julio de 2025. Este proceso demuestra la rigurosidad y la importancia de la evaluación internacional.
El reconocimiento del Cañón de Peruaçu como Patrimonio de la Humanidad es un logro que beneficia a Brasil y al mundo entero, promoviendo la conservación ambiental, el turismo sostenible y el orgullo nacional. Este evento es un ejemplo de cómo la colaboración internacional puede proteger el patrimonio natural y cultural para las generaciones futuras.