Un nuevo estudio publicado en *Science* el 4 de abril de 2025 revela que los bonobos (Pan paniscus) exhiben composicionalidad, una característica lingüística previamente considerada exclusiva de los humanos. Investigadores de la Universidad de Zúrich y la Universidad de Harvard analizaron cientos de horas de grabaciones de una reserva en la República Democrática del Congo.
La composicionalidad es la capacidad de combinar elementos lingüísticos en estructuras más grandes y complejas para generar diversos significados. El estudio identificó una composicionalidad no trivial en las vocalizaciones de los bonobos, donde el significado del todo está formado por partes interdependientes. Esto contrasta con la composicionalidad trivial, donde los elementos son independientes.
Los investigadores, incluidos Mélissa Berthet, Simon Townsend y Martin Surbeck, grabaron y analizaron más de 700 vocalizaciones de bonobos, anotando el contexto de cada vocalización, incluidas las actividades, la ubicación, los compañeros y los elementos cercanos. Esto les permitió crear un "diccionario" de sonidos de bonobos. Luego utilizaron un método matemático de la lingüística humana para analizar con qué frecuencia aparecían juntos diferentes sonidos.
El análisis reveló composicionalidad en al menos cuatro combinaciones. Por ejemplo, un ululato agudo ("préstame atención") combinado con un ululato grave ("estoy emocionado") parecía significar algo así como: "Préstame atención, porque estoy en peligro". Y un pío ("Me gustaría...") con un silbido ("quedémonos juntos") se usó en contextos íntimos como el sexo o las demostraciones de dominio.
Este hallazgo sugiere que la composicionalidad puede haber surgido antes en la evolución de los primates de lo que se pensaba. Los humanos y los bonobos comparten un ancestro común de hace aproximadamente entre 7 y 13 millones de años, lo que sugiere que los bloques de construcción cognitivos que facilitan esta capacidad tienen al menos siete millones de años.