En medio de una crisis de salud mental juvenil, con una quinta parte de los niños ingleses de 8 a 16 años que muestran probables trastornos mentales en 2023, el juego arriesgado al aire libre emerge como una intervención crucial. Actividades como trepar a los árboles y construir balsas empoderan a los niños, fomentando la capacidad de decisión y la independencia. La investigación indica un aumento del 23% en el bienestar y un aumento del 36% en la resiliencia entre los adolescentes después de la educación de aventura al aire libre. Las escuelas forestales, que ofrecen aprendizaje práctico en entornos boscosos, y los viajes residenciales más largos mejoran aún más la conexión de los niños con la naturaleza, las habilidades sociales y la autonomía. Sin embargo, los beneficios del juego arriesgado al aire libre requieren un compromiso frecuente y progresivo a lo largo de la educación de un niño. A pesar de los llamamientos para aumentar el acceso a la naturaleza y las actividades al aire libre, el progreso sigue siendo lento. Se necesita un cambio en las prioridades educativas para reconocer el valor del juego arriesgado al aire libre e integrarlo en los planes de estudio escolares, fomentando una cultura de toma de riesgos informada para reforzar el bienestar y la resiliencia de los niños.
El juego arriesgado al aire libre aumenta el bienestar y la resiliencia de los niños
Edited by: Olga N
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