Investigadores del Instituto Helmholtz de Múnich para la IA en IA centrada en el ser humano han desarrollado Centaur, un modelo de inteligencia artificial capaz de predecir y simular el comportamiento humano con alta precisión en diversos experimentos psicológicos. Este avance podría revolucionar la ciencia cognitiva, ofreciendo nuevas perspectivas sobre los procesos de pensamiento humano e impactando potencialmente en campos como la medicina y las ciencias sociales.
Centaur fue entrenado con el conjunto de datos Psych-101, que incluye más de 10 millones de decisiones de más de 60.000 participantes en 160 experimentos diferentes. Lo que distingue a Centaur es su capacidad para generalizar a nuevas situaciones y tareas no incluidas en su entrenamiento, adaptándose a contextos desconocidos con flexibilidad similar a la humana. Además, las representaciones internas de Centaur se alinean estrechamente con la actividad cerebral humana medida por imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI).
La comunidad científica ha recibido el anuncio con cautela, enfatizando que, si bien Centaur imita con precisión los patrones de comportamiento humano, no necesariamente comprende o experimenta los procesos mentales subyacentes. Los expertos destacan que la IA sobresale en la detección de regularidades estadísticas, pero carece de intencionalidad, conciencia o experiencia subjetiva. Esto subraya la distinción entre imitar el comportamiento humano y comprender genuinamente la cognición.
Este desarrollo se suma a los recientes avances en inteligencia artificial, como la integración de modelos de IA en sistemas de defensa, como el proyecto Beyond de Saab, que incorpora el agente Centaur AI en el Gripen E para combate más allá del alcance visual. Centaur representa un paso significativo en la creación de modelos de IA que pueden simular la cognición humana con una precisión sin precedentes, abriendo nuevas posibilidades para la investigación y las aplicaciones en varios campos. Sin embargo, también plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza de la comprensión y la conciencia en las máquinas. En España y Latinoamérica, este tipo de avances generan un debate sobre la ética de la IA y su impacto en el mercado laboral y la privacidad de los datos, con especial atención a la regulación y el uso responsable de estas tecnologías.