Incorporar la respiración consciente a las rutinas diarias puede mejorar significativamente la productividad y el bienestar mental, haciéndola accesible a cualquiera que busque mejorar su concentración.
La respiración profunda consiste en tomar respiraciones lentas y deliberadas que llenen los pulmones por completo. Esta técnica ayuda a reducir los niveles de estrés al activar la respuesta de relajación del cuerpo.
Cuando se practica con regularidad, la respiración profunda puede disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, creando un estado mental tranquilo que favorece una mejor concentración. Para practicar la respiración profunda, inhale lentamente por la nariz, contenga la respiración durante unos segundos y exhale suavemente por la boca.