Los padres de hoy a menudo sienten una inmensa presión por llenar cada momento de la vida de sus hijos, temiendo la temida pregunta: "Estoy aburrido. ¿Qué debo hacer ahora?" Pero, ¿y si el aburrimiento en realidad fuera beneficioso? Esto es explorado por Sandi Mann, psicóloga de la Universidad de Central Lancashire y autora de "The Science of Boredom".
Mann ha estudiado el aburrimiento durante casi 20 años y cree que nuestro miedo al mismo está exagerado. "Si pudiera dar un mensaje a los padres, sería: ¡no teman al aburrimiento! Permitan que entre en su vida y en la de su hijo. Es una emoción natural, una búsqueda de estimulación cuando no hay ninguna," explica.
El aburrimiento es algo que experimentamos desde la infancia a lo largo de nuestras vidas. Los bebés buscan constantemente estimulación mientras intentan entender el mundo que les rodea, lo cual es esencial para su proceso de descubrimiento. Si aprendemos a responder al aburrimiento de manera saludable, puede conducir a la creatividad. Esto significa participar en actividades que brindan satisfacción a largo plazo en lugar de recompensas inmediatas.
La tecnología ha creado una nueva norma de compromiso constante, lo que lleva a los padres a preocuparse por el aburrimiento de sus hijos. Sin embargo, Mann enfatiza que permitir que los niños sientan aburrimiento los anima a descubrir formas inspiradas de entretenerse.
Cuando estamos aburridos, comenzamos a pensar y a usar nuestra imaginación. A pesar de las muchas oportunidades de estimulación disponibles, las soluciones rápidas para nuestro cerebro pueden ser perjudiciales. En lugar de proporcionar infinitas ideas antiaburrimiento, los padres deberían dejar que sus hijos languidezcan y piensen.
Jugar solos, crear y comprometerse son habilidades cruciales para un desarrollo humano saludable. Como padres, es nuestra responsabilidad fomentar la imaginación y la creatividad. Piense en ellas como semillas; el aburrimiento es el agua para estas semillas. Si no permitimos que nuestros hijos experimenten el aburrimiento, corremos el riesgo de atrofiar sus capacidades imaginativas y creativas.
El aburrimiento conduce a aventuras, a la toma de riesgos y estimula el pensamiento, lo que ayudará a los niños a afrontar mejor los períodos de inactividad a medida que crezcan. Aceptar el aburrimiento no solo es beneficioso para el desarrollo de los niños, sino también para los padres. Les ayuda a descubrir recursos y formas ingeniosas de satisfacer su propio cerebro.
La mejor parte del aburrimiento es que no tienes que hacer mucho. No te preocupes por actividades estructuradas o juguetes de alta tecnología, y deja de lado cualquier dispositivo electrónico. Aquí hay algunas ideas: objetos decorativos del hogar, botellas de plástico reciclables, cajas de cartón y utensilios de cocina pueden estimular la creatividad. Proporcione a su hijo tales "juguetes" y déjelo encontrar significado en su juego.
Observe qué atrae la atención de su hijo y hágale preguntas. Hablar sobre sentimientos y permitirle inventar historias sobre su mundo imaginario puede profundizar la experiencia. Los niños aprenden más rápido de lo que ven que de lo que se les dice. Cree un rincón favorito en su hogar donde puedan leer o relajarse, animándolos a construir su propio espacio imaginativo.
Permítales explorar parques o su jardín sin intervención, incluso si parecen aburridos. Si expresan el deseo de probar actividades como karate o pintura porque un amigo lo hace, déjelos elegir en lugar de decidir por ellos. Las actividades extracurriculares no deberían ser solo una extensión del aprendizaje escolar; los niños, al igual que los adultos, necesitan sentir que después de la escuela hacen algo que les gusta.
Al final, ¿los niños realmente se aburren, o los padres temen que sus pequeños se quejen de no saber qué hacer? La verdad es que hemos perdido la confianza en la capacidad de nuestros hijos para tolerar o incluso prosperar durante el tiempo no estructurado. La tecnología no es la solución; en el aburrimiento, las personas descubren que pueden ser un destino digno de su propia atención, aprendiendo a sentirse bien consigo mismas y descubriendo nuevos aspectos de su identidad.