Brasil será sede de la Cumbre Climática (COP30) en noviembre de 2025 en Belém, en el corazón de la selva amazónica. Este evento marca un momento significativo diez años después del Acuerdo de París, a medida que los efectos de la crisis climática se vuelven cada vez más graves y generalizados.
El gobierno brasileño, bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, busca posicionar al país como un líder global en acción climática. La cumbre se centrará en la restauración de la integridad ambiental, especialmente en la Amazonía, que ha sufrido recientemente sequías devastadoras e incendios forestales. La ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, enfatizó la importancia de esta cumbre durante la plenaria de clausura de la COP29 en Bakú, afirmando: "Hacer de la COP30, en el territorio simbólico de la Amazonía, un momento decisivo para restaurar lo que parece que estamos perdiendo con cada situación extrema que enfrentamos es uno de nuestros mayores desafíos por delante."
Además de la cumbre climática, Brasil asumirá la presidencia del G20 en 2024, donde planea abordar temas globales como la inclusión social, la erradicación del hambre y la transición energética. La agenda también incluirá discusiones sobre la reforma de las instituciones globales, abogando por asientos permanentes para países del Sur global en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
A medida que Brasil dirige el grupo BRICS, que se ha ampliado para incluir a Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, el enfoque estará en mejorar el comercio entre los estados miembros y reducir la dependencia del dólar estadounidense. A la luz de estos desarrollos, el ex presidente estadounidense Donald Trump ha advertido que los países de BRICS podrían enfrentar un arancel del 100% si socavan la dominación del dólar.
En febrero de 2025, Brasil acogerá una cumbre con Portugal en Brasilia, con la participación de figuras políticas clave de ambas naciones. El panorama político interno en Brasil sigue siendo tenso y polarizado tras las elecciones presidenciales de 2022, con el gobierno de Lula buscando equilibrar el crecimiento económico, el apoyo social y un déficit presupuestario significativo.
A medida que Brasil se prepara para estos eventos cruciales, la comunidad global estará atenta a los resultados y las implicaciones de su liderazgo en el cambio climático y la cooperación internacional.